EL CARNICERO DE ZÁRATE
Según Macri -del que al verlo usted debe recordar que es Presidente- Daniel “Billy” Oyarzún asesino de Brian González, debe estar en libertad -pedido que de inmediato cumplió la Jueza Graciela Cione, ordenando una libertad extraordinaria- porque según Macri, es un ciudadano sano, querido, reconocido por la comunidad. Sin duda que lo de sano debe referirse a la salud del asesino y no a sus virtudes que son la de los peores asesinos; lo de querido, a sectores de una desde hace tiempo denominada mayoría silenciosa cuyas exteriorizaciones verbales consisten en aullidos pidiendo muerte y muerte y muerte; y lo de la comunidad da para pensar de qué comunidad se trata, es decir, si es una comunidad esta de la barbarie que aúlla festejando cada linchamiento, o sea, cada vez menos comunidad y más aproximada a la sociedad en que las ejecuciones son un grato espectáculo, es decir, el paroxismo de la sociedad de clases en que las clases dominantes imponen toda su inmundicia moral a los dominados, hasta el punto en que el desprecio por la vida humana pasa a ser motivo de festejo. En el siguiente video -con mayor fidelidad que en muchos otros- se refleja la constancia clara de que el asesino, con el descaro que genera sentirse el héroe de los perversos que lo rodean, asesina a la vista de todos y con la contribución de ellos, a Brian González, sometiéndolo a golpes, insultos y demás vejámenes para hacer más dolorosa aún la agonía. (ADVERTENCIA: videos de contenido inhumano) http://obreroypopular.org/home/videos/Rob%C3%B3%20y%20el%20Carnicero%20lo%20mat%C3%B3%20cuando%20escapaba%20con%20su%20dinero%202016.mp4 (El presente lo difundimos porque a diferencia de otros de la prensa comercial, no se edita poniendo márgenes que ocultan la real producción de los hechos, incluso superponiendo locuciones que arruinan el audio original y muy demostrativo, en claro encubrimiento.). Seguramente todos los presentes al momento del asesinato posan de estremecidos cuando la prensa burguesa exhibe los videos de ejecuciones del ISIS. Sin embargo, ninguno de esos videos ha mostrado una muerte tan cruelmente producida como esta que festejan los estremecidos. En todo caso, las imágenes de ISIS parecen piadosas comparadas con el asesinato de Brian Gonzlez. Una bestialización modernísima, que viene a actualizar la vieja y siniestra prensa de fierro y palo, por medio de un automóvil y un poste de semáforo, no puede menos que calificar el homicidio. 1
Un hombre ha sido muerto con sevicias, es decir que, estando ya indefenso se lo maltrata con la intención de hacerlo sufrir, tal como lo muestran las imágenes claramente. Incluso se proclama la matanza. Obviamente que los que rodearon antes que llegara la asistencia para Brian Gonzalez, perpetran un claro abandono de persona, uno de los crímenes de mayor cobardía y desprecio por la humanidad, porque implica que pudiendo evitar la muerte sin peligro para sí mismo, se abandona al indefenso. Quizá incluso sea poco calificativo. Quizá, viendo lo que sucedió, se deba decir que son partícipes del homicidio. Y ni hablar de la apología de todo ello que hace Macri. Aunque no, hay que hablar. Hay que hablar de este otro verdadero Carnicero de Zárate, que proclama a todo el país que quienes cometen estos asesinatos “...deben estar tranquilos en su casa...” Porque es tan deleznable un criminal como “Billy” Oyarzún, como aquel que con su poder impulsa la impunidad para semejante escoria -ordenando prácticamente la jurisprudencia a una jueza receptiva a órdenes políticas aberrantes- como el que con su poder se convierte, a partir de su apañamiento y proclama de aprobación, y para todo el país, en el más connotado Carnicero de Zárate. Levantar como bandera de identidad del ciudadano sano, querido, reconocido por la comunidad, a quien inicia y culmina junto a otros un linchamiento -el más cruel que se haya podido concebir- no es otra cosa que asumir la condición de tal, incitando con su apología del asesino a repetir las hazañas viles de los masacradores en todas partes, en todo el país. 1 Roland Villeneuve (1973). «Muerte y resurrección de la tortura». Psicología del Torturador. Buenos Aires, Rodolfo Alonso Editor.
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