NI OVIDO NI PERDON PARA EL EX JUEZ LUIS MARÍA VERA CANDIOTI. |
miércoles, 04 de mayo de 2016 | |
REPUDIAMOS LA REIVINDICACIÓN DEL GENOCIDIO QUE CON LA EXCUSA DE SU DEFENSA HACEN FAMILIARES DEL GENOCIDA. La condena ha sido dictada. En nuestra opinión, 15 años de condena para un Juez que condenó a una niña, cuyos padres son masacrados y robada ella, a por lo menos 30 años de vivir sin saber la verdad de su identidad, nacimiento, origen de su vida, desconocimiento de sus padres; 15 años, son una ínfima pena. De todos modos, hay un castigo, por poco que particularmente nos parezca a nosotros. El caso es que, como ya veremos, hay inhumanos que reaccionan a esto, reivindicando la concepción de la Dictadura Genocida. En ese orden, la carta publicada en el diario El Litoral de Santa Fe por su hija, expone hasta brutalmente la concepción de que es merecida “...la supresión de la identidad de los hijos de los denominados 'delincuentes subversivos' por las fuerzas policiales y militares". [y los jueces como Vera Candioti, cabe agregar]. No nos prevenimos sin motivo válido. Es que la hija de Vera Candioti, asume como natural que la masacre de los padres y el robo de sus bebés deben ser parte de lo normal, porque “Los padres de la niña decidieron en su sano juicio “tomar las armas”, sin medir las consecuencias que eso le traería a su familia”. O sea, que un repugnante individuo como Vera Candioti, su padre, secuestrara, entregara a otra familia y suprimiera la identidad de la niña. A esas consecuencias se refiere, incluso como las naturales para hoy y el futuro. Ello nos mueve a prestar una especial atención a este caso, porque a esos fachos, hay que enfrentarlos.
Texto del veredicto: http://www.fiscales.gob.ar/lesa-humanidad/wp-content/uploads/sites/4/2016/04/20160428142949444.pdf A riesgo de ser demasiado extensos, pero en la seguridad de que estamos facilitantdo todos los elementos apropiados para analizar el asunto, vamos a copiar los dos textos que confrontamos, a saber: a) la carta publicada en El Litoral de Santa Fe por la hija del partícipe de la Dictadura Genocida, en cuestiones de robo de bebés, el abogado Luis María Vera Candioti, Juez de Menores que participó en el robo de Paula Cortassa cuando asesinaron a sus padres, Blanca Zapata y Enrique Cortassa en el asalto a la casa de calle Castelli 4351 el 11 de febrero de 1977. b) la declaración del Foro contra la Impunidad de Santa Fe, que, como dice en http://www.ctasantafe.org.ar/spip.php?article1230 , aparece Ante una nota publicada en el Diario El Litoral de la ciudad de Santa Fe, el Foro expresó su posición a través de un comunicado titulado "POR QUÉ ESPERAMOS CONDENA TAMBIÉN PARA VERA CANDIOTI". Como cuadra a los antecedentes que expusimos en EL LITORAL Y SU PARTICIPACIÓN EN EL GENOCIDIO. http://uadh.org//index.phpoption=com_content&task=view&id=554&Itemid=31 la carta mencionada se publica precisamente en ese medio, o como dice informada y, a nuestro parecer, irónicamente la respuesta del Foro, Celebramos que su carta sea publicada en el diario de mayor tirada en la región.
La carta pública de la hija del hoy condenado Vera Candioti. Transcribimos ahora la declaración del Foro contra la Impunidad y por la Justicia.
Visto todo ello, debemos señalar que no hay manera de compartir ese inicio que sentencia:
La sola existencia del lazo filial no confiere legitimidad para la defensa de lo indefendible a nadie. Por más hija de que se sea, hacer elogio de un partícipe del plan de robo de bebés no es legítimo ni entendible. Es la defensa del criminal de lesa humanidad y encima, ratificando como valioso todo cuanto hizo, es decir haber cometido delitos de lesa humanidad. Sea quien sea que lo haga, y digámoslo sinceramente, en nuestra observación de años de ver fachos organizados, desde FAMUS en adelante, debemos confesar que no son muchos los honrosos casos de parientes que hayan rechazado el vínculo con los genocidas. Todo lo contrario, se han organizado contra los que buscamos castigo o guardado un silencio espectante. En general y simplemente, constituyen asociaciones por la impunidad de los genocidas. En momentos en que se está promoviendo que “Se necesita con urgencia líderes y referentes honrados y de prestigio social para conformar nuevas entidades de derechos humanos para los nuevos tiempos de la Argentina” (Leuco en http://www.clarin.com/politica/necesario-nuevos-organismos-Derechos-Humanos_0_1546645705.html ); en tiempos en que el Ministro de Trabajo, hijo de la rancia burocracia multimillonaria, Jorge Triacca, va a la misa en memoria del miembro de las Tres A y capo de las empresas en que se concentró el botín de guerra de la ESMA, Daniel Egea, palmaria demostración de reivindicación práctica de la conducta de su padre, caracterizado por su apoyo a la Dictadura Genocida en la lucha contra la subversión; no se puede conceder legitimidades precisamente a otra beneficiaria familiar del sistema de privilegios impuesto a favor de los integrados al elenco dictatorial en el engranaje que fuese. Peor aún si en una apelación abstracta -que parece calcada de un libro de educación secundaria de esos que campeaban en aquellas épocas- prescindiendo de circunstancias de tiempo y lugar, dice en el mismo lenguaje de los círculos pro genocidas lo siguiente: Él siempre creyó en las instituciones, en las leyes, en el orden social, y llevó su vida adelante respetando los principios que devienen de ellos, a rajatabla.
“ÉL SIEMPRE CREYÓ EN LAS INSTITUCIONES...” El asunto es el siguiente: las instituciones eran las instituciones del Plan sistemático de exterminio y, probado está, de robos de bebés; y uno de los jefes de esas instituciones era Vera Candioti. Por si acaso a alguna/o se le ocurriera decir que no era un jefe, digamos que es común criticar la omnipotencia de los Jueces de Instrucción, los only masters after God, es decir, únicos señores después de Dios. Pero es sabido que las potestades de dichos jueces o cualesquiera otros, son ínfimos comparados con las de los Jueces de Menores, particularmente en el período de la Dictadura Genocida.
“...EN LAS LEYES...” Las leyes que amó tanto su padre y que hasta las esgrimió en su defensa, son en primer lugar, el terrible Estatuto del Proceso, cuya escueta fundamentación introductoria dice: Considerando que es necesario establecer las normas fundamentales a que se ajustará el gobierno de la Nación en cuanto a la estructura de los poderes del Estado y para el accionar del mismo a fin de alcanzar los objetivos básicos fijados y reconstruir la grandeza de la República, la Junta Militar, en ejercicio del poder constituyente, estatuye: http://coleccion.educ.ar/coleccion/CD10/contenidos/teorico/mod2/art9/index.html Como bien lo expone en el alegato acusatorio antes de la sentencia, el Fiscal “recordó a los mentores del juez. Lo propuso para el cargo el entonces interventor del Poder Judicial, general Víctor Latella Frías y lo designó el gobernador de facto, vicealmirante Jorge Aníbal Desimoni, el 21 de octubre de 1976. El fiscal mencionó el decreto de designación (3390/76) porque el último artículo obligaba a Vera Candioti a jurar "acatamiento" a los "objetivos básicos fijados por la junta militar" de Videla y "el estatuto del proceso". "Claramente, necesitaban una persona de confianza" porque "el plan sistemático del terrorismo de estado, incluía la supresión de identidad de los hijos" de aquellos que las "fuerzas policiales y militares" llamaban "delincuentes subversivos". “Él siempre creyó ..., en las leyes...” dice esta mujer, y bueno, cabe poner tales creencias en la realidad del que creyó “a rajatabla”, como señala esta hija de, en los "objetivos básicos fijados por la junta militar" de Videla y "el estatuto del proceso". Una reivindicación de tal carácter, no legitima a nadie, y concedérselo es ofrecerle un campo de reconocimiento a los todavía amantes de la Dictadura Genocida. Dicho sea de paso, pero unido indisolublemente a este proclamado amor a las leyes: ni una sola vez acusa a su padre, el convicto ex Juez Vera Candioti, de tener creencias democráticas, por ejemplo. Más allá de nuestras críticas a la mendicante democracia, es imposible no consignarlo.
“...EL ORDEN SOCIAL...” Dice la hija de, que también “Él siempre creyó ...en el orden social...”. Saliendo de la abstracción libresca que señaláramos, no cabe duda alguna que así era. Simplemente basta con leer la síntesis del Fiscal en su alegato.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/10-54226-2016-04-18.html
Tal el orden social de la Dictadura Genocida. Respecto a ese orden social del elenco de genocidas como Vera Candioti, podemos apelar a la siempre y desgraciadamente utilizable cita de Tácito: hicieron un desierto y le llamaron paz. Ese es el Orden social de la Dictadura Genocida. Todo lo anterior podría parecer un ejercicio de hermenéutica abusiva, con conclusiones extremas a partir de simples frases descontextualizadas. No es así ni por asomo. Esas frases están escritas con corolarios precisos que incluso son amenazantes. La hija de dice: Es inevitable preguntarse, cuáles son las consecuencias que -dice la hija de- traería a las familias de los militantes que pertenecían a organizaciones populares y revolucionarias de carácter político militar, su decisión de combatir. Inevitablemente según lo expresa, al parecer convencida que así tenía que ser. No es difícil responder lo que en la ideología de esta mujer se concibe como inevitable: si llegan a caer en manos de los represores, viene un Juez como Vera Candioti y da cumplimiento a "su accionar, que terminó con la apropiación" de la nena ...porque "el plan sistemático del terrorismo de estado, incluía la supresión de identidad de los hijos" de aquellos que las "fuerzas policiales y militares" llamaban "delincuentes subversivos". (del alegato del Fiscal). Así, pero así de fácil, llano, simple es responder a la hija de. Tal como lo afirmó el Fiscal en la causa en la que ahora lo sentenciaron -al fin, después de años de impunidad- a 15 años de prisión: "Claramente, necesitaban de una persona de confianza para tan importante función, dentro del plan sistemático que cómo tantas veces se dijo en esta sala en este y en todos los juicios vinculados con el terrorismo de Estado, incluía la supresión de la identidad de los hijos de los denominados 'delincuentes subversivos' por las fuerzas policiales y militares". Y no dudamos que -tal lo dicho más arriba- suenan amenazantes, como amenazantes son todas las acciones emprendidas por los defensores políticos de los genocidas, sean o no familiares, porque en su concepción nacida de la condición de beneficiarios durante años del régimen dictatorial, no pueden sino apelar a este tipo de imperativos. El que luche junto y por el pueblo, las pagará a manos de las clases dominantes, sus tropas, sus jueces, sus funcionarios. Se debe tener en cuenta que este tipo de gente tiene viento a favor desde el Gobierno mismo y no es casual que el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj haya recibido al Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv) en la propia ESMA. Apenas asumió y antes que a cualquier organismo de Derechos Humanos. Por ello no podemos compartir con el Foro contra la Impunidad y por la Justicia, que se le otorgue a una descarada reivindicadora del genocidio una concesión como esta: “Nos parece legítimo y entendible que una hija del ex policía y ex juez de menores, Luís María Vera Candioti, se exprese en defensa de su padre, en fecha cercana a una posible sentencia condenatoria, por la supresión de identidad de Paula Cortassa (Carolina Guallane). Celebramos que su carta sea publicada en el diario de mayor tirada en la región.” No debe parecernos legítimo un carajo que una privilegiada hija de la jerarquía de un Juez de la Dictadura se atreva a reivindicar en la figura de su padre el genocidio mismo. No debe parecernos legítimo que estos activistas de la represión dictatorial vengan a predicarnos contra los pocos e insuficientes castigos que se deciden en Tribunales y contra los juicios mismos en los cuales debemos remar entre la inmundicia de este tipo de gente que no ahorra dilaciones, argumentos insultantes, exhibiciones de poder, contando con la complacencia de los jueces, etc., mientras el mayor peso de la carga de la prueba recae en organismos, militantes, querellantes y otras personas y organizaciones populares. La hija de, se da el lujo de pretender descalificarnos a todos los que luchamos por Castigo a los Genocidas, con una burda exhibición de la fórmula repetida por toda esta clase de gente:
Ni de la reivindicación del Punto Final se priva. En su enorme desfachatez se pregunta:
Como lo hiciéramos con Isidori, la mujer del Teniente Amelong, cuando ella se hacía similares preguntas, podemos decirle: VERA CANDIOTI: PROBÁ CON LA VERDAD. Y en http://uadh.org//index.php?option=com_content&task=view&id=23&Itemid=31 hay un simple ejemplo de cuanto se puede aconsejarle a la desconsolada. En último caso, cabe también la posibilidad de enviarle a los hijos los alegatos de querellas y fiscales, la sentencia, algunos de los tantos escritos del juicio. Son explicativos.
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS!
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