EL INFIERNO TAN TEMIDO |
sábado, 14 de septiembre de 2013 | ||||||||||||||
Se habla por estos días de un viraje en la política de Derechos Humanos del Gobierno. En resumen de un publicista notable del Gobierno nacional, la cosa se ve así:
Hasta acá un fragmento del elogio del pragmatismo más asqueante y del desprecio por cualquier principio que devenga de necesidades populares. Para ganar las elecciones cualquier cosa, incluso sepultar como ignominiosos a tantos que -aunque patéticamente- tenían algunos retazos de consecuencia con los Derechos Humanos en general y hasta larga militancia. Quién se resista al pragmatismo conducente en los liderazgos políticos, debe hundirse en las catacumbas de los testimoniales. Esta excrecencia del cinismo más reconcentrado admite el viraje negándolo, es decir que, como se dice comunmente, está/n en cualquiera. La joda debe continuar. A lo largo de un par de títulos, fijamos nuestra posición y simplemente alertamos sobre posiciones que ha adoptado el Gobierno:
NI UN PIBE MENOS...(en cana)MANODURISMO NAC & POPEL INFIERNO TAN TEMIDO
NI UN PIBE MENOS...(en cana)
Todo lo contrario, cuantos más en cana, mejor. "Sería a partir de los 14 años. Tengo ganas de ir al Congreso y es uno de los tantos temas para debatir" propuso Martín Insaurralde. Eso están planteando el candidato estrella del FPV a nivel nacional, Martín Insaurralde y sus sostenedores, hablando de que 16 años ya es insuficiente; hay que ir por los de 15, los de 14... Ese es el sentido: cuanto más pibes en cana, más seguridad.
En una especie de reverso de lo que muchos de sus sostenedores gremiales y políticos acuñaran como consigna, en esto se transforma la tan difundida. Debieran tomar nota de estas cosas los que proclaman que EL HAMBRE ES UN CRIMEN y luego llaman a la idolatría de los que, 1) imponen las políticas de hambre, y 2) encima, se lanzan a la persecución de los pibes proclamando la necesidad de resolver con las tropas del Estado los estragos causados por una sociedad en la que las diferencias entre lo que tienen y ostentan los ricos y lo que no tienen (y se les impone desear) los pobres, son abismales y tienden a francamente infernales. En el mismo orden, las leyes de supuesta protección a la minoridad, respeto a los derechos humanos de los presos, etc., son leyes de fantasía. Quien cae en las garras del sistema penal y sus tentáculos policiales, judiciales y penitenciarios, sabe a ciencia cierta que entra en un mundo horroroso. Las cárceles son una picadora de carne humana y ni hablar del proceso que lleva a una persona a las mismas y ni hablar de lo que llaman institucionalización de los menores, eufemismo hipócrita para denominar un encarcelamiento igual y peor que el de los adultos. Por supuesto que también debe caer esa potestad omnímoda de la buroracia judicial que implica la tutela de los menores por parte de los jueces habilitados para dictar las tutelares, vulgares órdenes de encarcelamiento, vigilancia, control de niños por nimiedades y motivos que se les cante. Pero a nadie -digámolos con lenguaje tradicional- ni ebrio ni dormido, puede ocurrírsele que la premisa para discutir la liquidación de tales abusos de lesa niñez sea que hay que bajar a 14 años la edad de imputabilidad. Martín Insaurralde vocea “No los quiero ver en la calle” (slogan juntador de votos reaccionarios) y propone que a más corta edad vayan a parar a...los depósitos. “Nadie dice que los chicos vayan a la cárcel”, pero “hoy la desprotección la tiene la víctima como también el menor que queda en la calle. Yo no los quiero ver en la calle”. ¿Qué debemos deducir de esto? ¿que en lugar de la calle van a ingresar a un paraíso de la niñez?. La perversidad se muestra con desparpajo propio de la derecha colorada de De Narvaez y sus similares, porque está claro que hay tropa del Estado suficiente para sacarlos de la calle pero el paraíso no está ni tiene miras de estar en ningún futuro ni cercano ni mediato. Es decir: hay con que apresarlos, no hay con qué protegerlos como sugiere (Ver “Pibes al horno”). Pero hasta ahí lo que les importa tanto al kirchnerismo como a la oposición, que por supuesto, insistimos, no es una simple pretensión sino la concreta realidad, porque en resumidas cuentas todos corean con Insaurralde “No los quiero ver en la calle”.
Claro está que nuestra apelación podría parecer desmesurada si se tratara sólo de un candidato derrotado y en pugna porque perdió las elecciones y debe remontar las mismas, ganarse el cómodo y redituable puesto de Diputado Nacional y empezar a concretrar su propuesta. Pero no es así: Insaurralde quiere ganar sobre el cuero de los pibes, y con ello es el vocero más destacado de Scioli, que sí es gobierno hoy mismo y está fogoneando concretamente desde hace años la aprobación del proyecto legislativo que impone la baja en la edad de imputabilidad. Por supuesto que ahora con mayores bríos. Para definir las bases materiales sobre las que se asienta la ofensiva represiva contra los pibes, está el estratega Coronel Berni, Secretario de Seguridad de la Nación y reciente triunfador en la Batalla de Funes (librada en un country abierto a unos pocos kilómetros de Rosario) con lo que logró desmontar “la cocina más grande de Argentina” logrando el decomiso de ...300 kilos de pasta base de cocaína. Sienta su postulado el Coronel: “Aquellos que estamos en la calle vemos que en casi todos los delitos están involucrados los menores y nos encontramos que son todos reincidentes por la facilidad que son entregados a sus padres.”
Esta es una mentira descomunal. Veamos.
1) Eso de “...en casi todos los delitos están involucrados menores” -según coincidencia al día 9 de septiembre de diarios tan enfrentados como Página/12 y La Nación- se reduce a un 4,2- 4,3 % en la Provincia de Buenos Aires (datos de la Procuración General – Suprema Corte de Justicia de la Provincia que tiene prácticamente la mitad de la población del país). Creemos que no es necesario explicar que 4,2/4,3 % están muy lejos de ser “casi todo” el 100%. Un cerebro de milico no puede siquiera antender que se podría armar una discusión casi bizantina sobre “cuánto es casi todo...”. ¿80%, 90%, 99,9999..%?. Bien podría discutirse. Pero el cerebro de milico funciona en base a evitar el peligro de tropiezos racionales y opta por ignorar lo evidente, exagerar lo que conviene a la represión, ocultar las torpezas cometidas. Lo que es seguro y Berni negará con pasión es la realidad: que el 4,2/4,3% es en realidad el casi nada del 100%.
2) Con respecto al terminante bando sobre que “... nos encontramos que son todos reincidentes por la facilidad que son entregados a sus padres.” resulta otro disparate que pone en mira de sus armas a los niños: conforme los datos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -en que tiene su asiento el Vencedor de Funes- sólo un 16% son reincidentes. ¿De dónde sacó su afirmación este milico?. De la cartuchera seguramente, la desenfundó. Pero de paso ataca a los padres en general y refrenda ampliando lo de Insaurralde: “No quiero verlos en la calle” dijo aquel; dónde, preguntamos nosotros más arriba; “no con aquellos a los que [con] facilidad...son entregados...[o sea] sus padres”, nos responde el Coronel.
A esta altura es necesario decir que las características de una política ultrarrepresiva se pueden condensar en un rasgo: desproporción entre la medida de seguridad adoptada y el peligro realmente existente. En el caso particular del blanco inmediato preferido de los planes capitalistas de seguridad, a saber, los menores/jóvenes, la aplicación del rasgo mencionado, se magnifica. Primero, por ser objetivo de una serie de prejuicios de larga data; luego, por constituir una minoría poblacional que dadas las condiciones de las crisis sufren -por ejemplo los jóvenes- el mayor índice de desocupación (por franja etaria) entre otras carencias (Ni hablar de la explotación de los niños).
El cálculo científico del Coronel Berni es tan disparatado que hasta el Gobernador de la Policía Bonaerense que masacró a Darío y Maxi, Felipe Solá, se da el lujo de despreciar el planteo kirchnerista sin que nadie le pueda objetar el fundamento inverso a la tesis del Coronel: "...el porcentaje de delitos de los pibes que tiene entre 14 y 16 es mucho más bajo de lo que se cree, lo que pasa es que cuando aparece un asesino que tiene esa edad, es un notición, una noticia terrible y grande".
La mayoría parlamentaria en peligro, es decir, kirchnerista, apela hoy a lo que decían repudiar antes de la derrota electoral. Parece incoherencia, pero en realidad, están dejando de lado la hipocresía y asumiendo su verdadera condición que no es otra que ser la mayoría blumberista que aprobó las leyes del autoproclamado ingeniero. Es notable, pero siempre que están en peligro electoral (inminente o expectable) su salida es al fondo y a la derecha. El alineamiento de los planetas Scioli, Insaurralde, Berni -bajo la éjida del estrellato de Cristina Fernández- debe llamar a la denuncia y la acción contra estos atropellos contra la infancia, desnaturalizada en una sociedad de clases que le impone la minoridad, lo que no es un simple cambio de palabras, sino de sentido. La infancia suele ser sujeto de amores, cuidados, chupetines, juegos, agasajos, literatura, tarjetería, ajuar y mimos. La minoridad es objeto de desconfianza, prejuicio, persecución, maltrato, explotación, cárcel y muerte. No en balde en la ONU hicieron una Convención sobre los Derechos del Niño. Pero, en los países concretos los chicos se empeñan en nacer “menores” desgraciadamente. UN SIMPLE EJEMPLO DE ANTÍTESIS PRÁCTICA En el otro extremo de la concepción que denunciamos, se encuentran manifestaciones muy concretas de la contracara, que alumbran debidamente la realidad de los pibes en general y en el caso particular, de los sometidos por el narcotráfico a tareas que comúnmente los ubican entre los delincuentes. O como veremos que insisten en llamarles, para salvar la propia responsabilidad política por los objetivos represivos propuestos sin aliviar la responsabilidad penal de los jóvenes: “jóvenes en conflicto con la ley penal”... (Jefa de la bancada del Frente para la Victoria en la Cámara de Diputados Juliana Di Tullio en http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-228745-2013-09-11.html ) En Rosario -tan en boga hoy en día para referenciar geográficamente el asunto- la cuestión de perseguir y azotar contra las rejas cada vez más a mayor cantidad de niños, es claramente explicitada en notas de los diarios locales por periodistas que -por la fuerza de los hechos y propia disposición- se han convertido no sólo en duchos investigadores de los casos, sino del proceso total y en consecuencia, los mejores de ellos tienen a mano y boca conceptos y conclusiones bastante más profundos que el Pequeño Larousse de la DEA. No es que vayamos a reemplazar con ellos a la infinidad de tratados que existen, pero a la hora de los bifes, trataremos de pintar esta cuestión también de pibes con simples citas de los artículos.
La visión opuesta a Scioli-Insaurralde-Berni-..., queda expuesta por parte de la Defensora ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 2 de Rosario, Dra. Matilde Bruera en una entrevista que puede verse en este video en Youtube o en esta nota de NotiExpress . En síntesis periodística:
Ya había anticipado su criterio en http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-7995-2013-05-03.html , hablando de la propuesta de Democratización de la Justicia.
Este punto de vista, siempre rodeado de otros elementos, no es propio sólo de Matilde Bruera, de reconocida militancia en la defensa de los Derechos Humanos, sino de la unanimidad de organismos y la mayoría de las organizaciones sociales, estudiantiles, culturales, gremiales, políticas populares. Como la reacción ante la posición derechista de Insaurralde y los ya mencionados funcionarios fue relampagueante, de inmediato, y en lugar de retrucar al candidato facho, Juliana Di Tullio, jefa del bloque K en la Cámara de Diputados de la Nación, salió a tratar de aguachentar la propuesta de baja de la edad de imputabilidad en una ensalada más de derecha todavía denominada “régimen penal juvenil". La existencia de debates sobre esta alternativa represiva a los dramas de la juventud y la niñez prueba simplemente que, sin revisar las constancias de la realidad (la selectividad del sistema penal apunta contra los más vulnerables) es evidente que uno de los componentes de la ensalada es la baja de edad de imputabilidad. Esto último no se niega en ningún momento. El intento de suavizar alguno de los ingredientes seguramente está sacado de conclusiones de tratadistas como los siguientes: http://ensaladasdeverduras.wordpress.com/2010/11/09/tips-para-quitar-el-picor-de-la-cebolla-y-usarla-cruda-en-ensaladas-de-verduras/ - . [ADVERTENCIA: esta página es realmente existente.)
Pero la verdad, no sirven para estos casos. Tan así de playa y burda es la maniobra kirchnerista. Tanto que hasta la seca y antigua redacción del Código Civil sirve para calificarla, como que podría decirse con el mismo que la "acción dolosa para conseguir la ejecución de un acto es toda aserción de lo que es falso o disimulación de lo verdadero, cualquier artificio, astucia o maquinación que se emplee con ese fin".
Cuando la Defensora Bruera dice taxativamente “la característica del sistema penal es la selectividad, los que van presos son los más vulnerables, los que dan la cara" habla de lo siguiente: “la característica del sistema penal es la selectividad, los que van presos son los más vulnerables, los que dan la cara". No hay vuelta que darle.
Los que, como la Presidenta del Bloque de Diputados Nacionales del FPV -a la cual se sumaron inmediatamente el Gobernador Scioli y el hoy diputado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Juan Cabandié- cortejan el voto facho, ni se detienen en esta evidencia y clavan el arado en la dirección en que suponen tendrán viento electoral de popa, es decir, a la rastra de los Massa, De Narvaez, Posse y demás momios de la política argentina. MANODURISMO NAC & POP No creemos que la reacción en toda la línea del kichnerismo-sciolismo se explique por una mera razón electoral. Lo que dice un periodista connotado del entorno del kirchnerismo (que no digiere el sciolismo) no explica las cosas, porque hacer centro en un pretendido viraje práctico termina por ocultar la esencia ideológica. Señala Horacio Verbitsky: “...el nuevo desdoblamiento ministerial, la convocatoria a policías bonaerenses retirados y el envío al conurbano de una dotación adicional de miles de gendarmes muestran tanto el fracaso de la política que desde 2007 aplica el gobernador Daniel Scioli, como la premura del oficialismo ante el desafío del intendente de Tigre, Sergio Massa, cuyo marketing de seguridad le permitió imponerse en las PASO de agosto.” Martín Insaurralde, propuso bajar la edad de imputabilidad. ... Pero la propuesta se produce en un histérico contexto ...”
Como si la histeria electoral fuese una disculpa para una propuesta que significa colocar a miles de niños en el peligro de pasar de educandos a justiciables en el fuero penal juvenil. Nadie duda que el impacto de la derrota obliga al kirchnerismo a reaccionar. Y nadie duda que hay reacciones y reacciones.
La del Gobierno y sus candidatos ha sido la peor imaginable pero absolutamente concordante con quienes han votado leyes blumberg, antiterrorista, sostienen el espionaje del Proyecto X contra quienes denuncian su carácter represivo, tiene más encausados y presos por luchar que todos los gobiernos anteriores, ha sobrepasado largamente los casos de gatillo fácil que cualquiera de ellos, y ostenta el record de desapariciones desde 1984.
Es decir, es una reacción reaccionaria (valga la redundancia). Por eso aceptan como absolutamente lógico que asuma como Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, un individuo que desde distintos sectores de indudable pertenencia al Modelo es denunciado con absoluta claridad.
El tipo arranca con una sentencia de antología: “Es un tabú eso de la mano dura o blanda.” Que Granados diga esto es como que Drácula establezca que el vampirismo es tabú. Pero lo más probable es que, en la inmensa hoquedad moral de un cerebro contrahecho a lo Intendente bonaerense, haya querido decir que es una fantasía, una discusión artificiosa o sin objeto. Como no sabemos cuál será su manejo del polinesio -y por recepción lo que significa en nuestra lengua- debemos admitir que es posible que declare a la cuestión tabú, es decir, que está prohibido siquiera mencionarse, y efectivamente sea su objetivo.
Mínimamente se puede decir de Granados lo que dice Horacio Verbitsky el pasado domingo 8 de septiembre en http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-228564-2013-09-08.html . ….....
En el artículo se relatan varios casos de ejecuciones para y policiales con pelos y señales, de modo que queda claramente expuesto el método primordial de la “seguridad” que predica Granados. No debe vacilarse en afirmar que los crímenes parapoliciales son la esencia de su concepción. Incluso el asesinato político, como el de Hugo Javier Barrionuevo. Que no lo pueda decir el autor de la nota por obvias razones de inclinación kirchnerista, no puede ser impedimento para que se exponga claramente y más aún cuando un crimen político de esa dimensión y descaro es necesario que sea recortado de la práctica de eliminación de “choritos”.Barrionuevo no es un Pixote y la represión institucional puede ser consecuencia o preparatoria de la represión y el asesinato de la militancia política, pero jamás lo mismo. Y Granados no es solamente (y nada menos que) un exponente de esa banda político-policial que se define por la mano dura; Granados incursiona en el asesinato de militantes populares. Porque Hugo Javier Barrionuevo es lo que reivindica este afiche:
Un compa Piquetero.
Y muy claro lo señala la nota siguiente:
La posición de la UADH frente a esta cuestión, es la de no sumarse a la concepción de organizaciones y personas que hacen de todos los asesinatos policiales que se perpetran contra los pobres y los asesinatos de militantes por parte de parapoliciales y fuerzas de seguridad, una y la misma cosa.
Para nosotros, el asesinato de militantes como Carlos Fuentealba, Darío y Maxi, Mariano Ferreyra y tantos otros, son crímenes calificados, aunque sean juzgados con las reglas comunes del Código Penal como simples homicidios, Por más Ley que hagan, no lo consentimos. (Preciso es hacer notar que para la Ley sí es calificado el homicidio cometido contra “un miembro de las fuerzas de seguridad pública, policiales o penitenciarias”.
Granados está denunciado por organizaciones populares por el asesinato de Hugo Javier Barrionuevo y eso lo define. Todo lo demás es propio de criminales como Granados, abunda sobre su catadura, aumenta su frondoso prontuario.
EL INFIERNO TAN TEMIDO
Hay por lo menos 30 millones de argentinos que han nacido bajo el latiguillo: “Épocas negras a las que nadie quiere volver”. Los más decididos ahistoricistas afirman que “mejor ni recordar...”.
Para
precisar: arengas como la del General Bendini, el 5 de octubre de
2003, que “El jefe del Ejército envió a Formosa, en el
aniversario del ataque de Montoneros al Regimiento de Monte, un
discurso escrito en el que reivindicó la lucha por la libertad por
parte de la fuerza en los 70”, contienen la nota de
estilo: "esto es parte de un pasado triste que debemos tener presente siempre para que nunca más vuelva a suceder".
Proviniendo de un General, es una amenaza concreta, o sea, donde hay resistencia, habrá represión incluídos los planes de exterminio. Proviniendo de alguno de los tantos demócratas a la bartola que se nutren de politología y otros rubros del almacen cientista actual, es un reculemos siempre que serviremos para otra guerra.... Sirven para transformar el maleable “Nunca más” en amenaza (a los rebeldes)
Cierta vez el Fusilador Lanusse (el que según Cristina “por lo menos daba la cara”) en aquellos juegos retóricos que tenía con Perón, hablando en nombre de los militares de la “Revolución Argentina” en el poder desde Onganía, subrayó que "nosotros no llevamos la espada de adorno". Perón respondió rápidamente: "tiene razón el general Lanusse, no es la espada lo que tienen de adorno, es la cabeza"... Hasta de esto parecen olvidarse este Gobierno del Partido Justicialista en la era kirchnerista, porque poner al Ejército Genocida en funciones de simples vigías antinarcóticos en la frontera, es conceder a la primera aspiración que han manifestado desde siempre: la participación en la llamada guerra contra el narcotráfico. Y decimos que más allá de la sonrisa o la carcajada que pueda arrancar la respuesta de Perón a Lanusse, encierra una verdad básica: nunca el chacal llevó los colmillos de adorno. Sobradas pruebas hay de ello y pretender que el pueblo crea que cumplir con el modelo impuesto por el Imperialismo Yanqui en el Plan Colombia, es decir, incluir a las Fuerzas Armadas en la guerra contra la droga, etc., es inocuo, es mentir descaradamente.
Esto no es más que el principio de ejecución de un plan represivo modelo Doctrina de la Seguridad Interior, que ya ha tenido su primer escalón con la reivindicación del denunciado Genocida General Milani, hoy Jefe del Ejército. (ver http://uadh.org//index.php?option=com_content&task=view&id=493&Itemid=31 , Designación del Gral Milani. El CELS y su encubrimiento.).
Lo cierto es que nunca en la historia argentina el Ejército se ha resignado a ser una especie de policía calificada y la pretensión de limitar la actividad que se le concede, ha fracasdo porque han demostrado precisamente que las armas no las llevan de adorno.
No podemos considerar esta asignación de tareas de seguridad interior sino como la continuidad de la reivindicación de los genocidas elevando a uno de ellos al rango de Jefe. Las explicaciones del Ministro de Defensa, Agustín Rossi, son absurdas. Qué dice Rossi que harán las tropas del Ejército:
“Cuando las Fuerzas Armadas observen una situación anómala, lo que harán es informar a las fuerzas de seguridad y luego se retiran, pierden el contacto. ... La intercepción de vehículos, solicitud de documentos, etc., van a estar a cargo de las fuerzas de seguridad...”
Así que el Ejército estará mirando para todos lados (cuando no para otro lado) y hara lo que hace cualquier vecino comprometido con la guerra contra el narcotráfico: llamará al 911 (o algún medio sustituto).
Lo cierto es que cualquiera sea la función que allí vayan a cumplir -así sea la de auxiliar de policía- es en lo concreto un despliegue para una función de seguridad interna. Y por algo se empieza, tal como lo decimos más arriba. El mismo lenguaje del Ministro Rossi revela hacia adonde apuntan: “cuando detecten una fuerza irregular se comunican inmediatamente con las fuerzas de seguridad”.
Los traficantes pasan a ser una fuerza irregular, lo que en la teología marcial del culto al imperialismo coincide con una expresión del enemigo interno y la hipótesis de conflicto dentro de las propias fronteras. Ese infierno tan temido.
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