NADA MEJOR QUE LA VERDAD PARA NO EQUIVOCARSE |
viernes, 16 de diciembre de 2011 | ||
Mientras se expone como el primer traspiés político del Gobierno de Bonfatti -ya a esta altura una mini crisis con pronóstico incierto- se juegan las condiciones de violación de los Derechos Humanos que se proyectan como un serio riesgo para todos en los próximos años, por medio de designaciones de cuadros represivos ligados directamente a una corrupción expuesta. En esas manos estarán las decisiones sobre el uso y abuso de policial.
Los compañeros del Plenario Obrero y Popular nos han llamado la atención sobre una cuestión crucial para cualquier organismo de Derechos Humanos: en lo concreto, hasta dónde alcanza nuestra fuerza y posibilidad de acción, en el terreno de proximidad, y a partir de la asunción de nuevas autoridades en todos los Poderes del Estado Provincial y Municipal, ¿cuáles son las perspectivas para los próximos tiempos en relación a un factor esencial de violaciones a los derechos que exige nuestra lucha, como es la característica de las fuerzas represivas del Estado?.
http://obreroypopular.org/content/el-frente-progesista-milico-y-social Se explica allí con absoluta claridad lo que sostuvieron los compañeros hace un par de días atrás: El ministro de Seguridad Leandro Corti pondrá en funciones hoy al nuevo titular de la Dirección de Asuntos Internos, comisario Néstor Zapata, quien reemplazará en su cargo al relevado Mario Franco. La medida -en rigor prevista como parte de la renovación de cuadros- se aceleró cuando el propio Corti se percatara de que los jefes policiales no habían entregado sus declaraciones juradas en los dos últimos años, y que encontrara más de 20 denuncias anónimas sobre policías que no tuvieron avances significativos desde 2008. Las miradas de sospecha recaen también sobre Facundo Paschetto, saliente director de Control Civil de la fuerzas de seguridad, otro organismo creado por la anterior administración para la supervisión de la fuerza. La situación quedó en evidencia luego de que trascendiera la denuncia contra el flamante jefe de la policía rosarina Néstor Arismendi, que lleva tres años tramitándose en aquella dependencia. Corti reconoció que sabía que existía una denuncia anónima contra el nuevo jefe policial, pero que hasta el momento no había elementos para inculparlo. Más allá de que la nota periodística da cuenta cabal de cómo civiles y policías protejen a la fuerza, y por lo tanto es recomendable su lectura completa, señalamos una vez más que tanto el cana Franco como el controlador civil Paschetto, cumplieron a rajatabla con lo que se describía, es decir,
“Eso se llama cajonear un expediente y es la práctica normal y constitutiva de la impunidad.”
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