24 de Marzo: En la calle luchando y no marchando con el Gobierno
jueves, 20 de marzo de 2008
No es posible compartir siquiera un metro de camino con los que gobiernan en provecho propio y para los poderosos.
Porque precisamente por eso, por ser los representantes de las clases explotadoras, son los que no tienen reparo en utilizar cualquier modo para perpetuar la dominación y en esa ocupación deben mantener al pueblo oprimido hasta desembocar en las peores vilezas como el Golpe Genocida del 24 de Marzo de 1976.
Vamos a ahorrarnos la penuria de tener que exponer lo que es evidente: fue el Gobierno “democrático” de Isabel Perón el que firmó el Decreto de aniquilamiento, fue ese mismo Gobierno el que armó la Triple A, continuadas en los Grupos de Tareas de los milicos.
Que no haya podido cumplir como se debe con el objetivo represivo no lo exime de nada. Su debilidad ante la lucha obrera y popular determinaron que lo hicieran a un lado y la profundización de la ofensiva contra el pueblo continuó en manos de aquellos a quienes les había sido encomendado el trabajo sucio: Videla, Agosti, Massera y los que les sucedieron y secundaron.
Los descendientes de ese partido y algunos que vienen de aquellos años, como burócratas sindicales y políticos, estarán en la marcha en Rosario.
El Partido “Socialista Popular”, que hoy gobierna Santa Fe, no sólo estará: se atribuye un rol organizador primordial en esta fecha.
El Intendente de Rosario ha expresado más claro que ninguno la óptica del PSP. En La revista “ROSARIO su historia” –ojo que no es una cualquiera, ni por su cuidada impresión, ni por sus encumbrados auspicios oficiales, fundamentalmente la Municipalidad- caracterizada por sí misma como “Revista de divulgación y enseñanza de la historia regional para la formación docente y la enseñanza en el aula” N° 37, el Intendente Lifschitz se muestra tal como es su partido.

“Periodista: ¿Cómo vivió el Proceso Militar? (“Proceso Militar le llama el “historiador” Angel De Marco (h) a la Dictadura Militar Genocida , con una delicadeza propia de los mismos que redactaron el Estatuto del Proceso de Reorganización).

Lifschitz: Yo no sufrí ninguna consecuencia en lo personal (¿un argentino que en “lo personal” no sufrió ninguna “consecuencia”?, ¿un militante “socialista”? ¿nada lo conmovió, ni las desapariciones, ni los asesinatos, ni la supresión de la libertad? ¿nada?), pero sí obviamente gente que uno conocía de la Facultad que sufrieron persecuciones, fueron detenidas, y algunos fueron desaparecidos (¿algunos, así, como “algunos pocos”, justo en el imperio de Feced?). Fue una época muy difícil del país que ya venía insinuándose de alguna manera con anterioridad, en el año 75 y principios del 76. (Y aquí viene lo más repugnante de este aparente cronista descomprometido). Fueron años muy complejos con una violencia desatada de un lado y del otro. ”

Ni el más servicial de los panegiristas de la Dictadura Militar podía responder tan claramente en reivindicación de la “teoría de los dos demonios”.

Francamente hacía tiempo que no oíamos nombrar a la Dictadura con el apodo que se daba a sí misma, “proceso ”. Y es de cajón preguntar: ¿“de un lado y del otro”, en cuál se anotó Miguel Lifschitz?.
Del otro. Así nomás” (Del Boletín de la UADH N° 1).

¿Qué más agregar? Hoy, un partido que pese a sus promesas ni arregló las escuelas pero ya gastó millones en equipamiento policial, que se ciñe a la pauta del burócrata Moyano para dar migajas de aumento… en fin. Y esto es “la chiquita”.
Históricamente, un partido que se reivindica heredero internacional del partido que fusiló ya en 1919 a los revolucionarios alemanes, entre ellos, a Rosa Luxemburgo. Es el Partido socio de los que asesinan a los vascos en España, a los mapuches en Chile, a los irlandeses en Gran Bretaña.

¿Qué estómago hay que tener para marchar, no digamos un metro, un milímetro con esta gente y otros más, como los radicales, inventores de Obediencia Debida y Punto Final, masacradores en el 2001 y hoy “Cívicos y Progresistas”?
Uno que no le haga asco a nada.
Pues bien, nosotros de eso no tenemos. Nos sigue dando asco todo aquello que debe darlo.

Es cierto que no se dejan los frentes de lucha abandonados, porque así se pierden las luchas. Pruebas sobradas hemos dado (y damos a cada rato) de que no es esa nuestra conducta.
Pero a la vez nos parece que eso no puede servir de excusa para que en nombre de “ir donde están las masas” y al grito no muy heroico de “es lo que hay”, se hagan tantos amigos que nos quedemos sin enemigos.
Y en entre esos “amigos” están los que más arriba mencionamos, y son sólo algunos, pero de los más importantes: son Gobiernos. Nosotros no marchamos con los Gobiernos.
Marchar con esa gente, colaborar en lavarle la cara, no es la única alternativa.

Es cierto que no somos tan fuertes en este momento como para expulsarlos de una marcha en la que nunca debieron estar.

Es cierto que a las fuerzas que debieran poner en claro las cosas según su propia autoasignación les falta determinación para una acción alternativa. Falta la determinación por ejemplo, que se tiene en Buenos Aires, donde hay dos marchas, dos actos, dos reuniones, dos visiones de los hechos que pasaron y por los cuales aún no han pagado quienes deben.

Ni la escasez de fuerzas ni la timidez de las organizaciones es factor determinante para que no hagamos lo que tenemos que hacer.

La primera es transitoria y trabajamos para superarlo, día a día, diciendo la verdad aún en soledad como recomendaba un gran jefe revolucionario que muchos invocan pero que pocos respetan.

La segunda no nos atañe. Creemos sí, que para hacer camino en dirección a ganar fuerza material, hay que empezarlo o por lo menos, no dejarlo.

Porque desde siempre hemos asumido al enemigo tal como es y en todas las variantes con que se presenta, hemos decidido entonces plantarnos este 24 de Marzo de cara a uno de los asesinos más privilegiados por la mano de la “justicia” que han sabido conseguir los sucesivos Gobiernos. Sfulcini es un liberado por los Tribunales de Rosario a pesar de que muchos festejan que va a juicio oral por nada menos que 15 desapariciones, entre otros delitos de lesa humanidad.
Para esta escoria hemos reclamado que estando reunidas suficientes pruebas también por la desparición de Tito Messiez,  tiene que estar preso. Y no lo está. Como no lo están el 99,99 % de los genocidas, y los que están, como si no lo estuvieran. Así dejamos de decir “SI no hay justicia, hay escrache”. Decimos simple y claramente “NO hay justicia, HAY ESCRACHE”.