Por eso luchamos contra el encubrimiento de los hechos, por eso luchamos contra el ocultamiento, por eso salimos a las calles y las rutas.

Hace 20 años ya se pidió que hicieran lo que corresponde y todo lo que hicieron fue mandárselo a los milicos que por supuesto profundizaron el encubrimiento.

Las imágenes que siguen son copia fiel de lo que está en el expediente.

Allí vemos el pedido de que se oficie para determinar probadamente en el juicio quienes eran los propietarios de “ La Intermedia ”, cosa que sobradamente se sabía, pero que había que probar en los llamados “estrados judiciales”.

Un oficio es nada más que un escrito, un papel ni siquiera muy largo, ni mucho menos complejo ni nada por el estilo, y en el mismo los jueces ordenan tal o cual cosa. En este caso que informen las dependencias citadas es lo que se pide.

Es eso y nada más. ¿Qué hicieron los miembros de la tristemente célebre Cámara Federal de Rosario?

Nada más que esas dos líneas recibiendo el escrito pidiendo investigación e infinidad de medidas de prueba y se lo mandaron al Fiscal, que por supuesto contestó que “sus señorías” no eran competentes y que, no vamos a citar acá las leyes absurdas, los milicos de la Dictadura Genocida se juzgan entre ellos.

¿Defendió la tristemente célebre Cámara Federal de Rosario su intervención como cualquier persona decente -y no cómplice de los críminales- haría por una elemental consideración de que deben ser jueces imparciales los que juzguen lo que a todas luces era ya considerados socialmente como un genocidas? No.