En nuestro primer micro del año queremos referirnos a un tema que sirva para caracterizar con absoluta precisión al Gobierno Nacional: los presos políticos.
La existencia de militantes de organizaciones y luchadores populares presos, no es un simple detalle del sistema o una anomalía del “Gobierno Nacional y Popular”. Todo lo contrario: es la definición más precisa del mismo. Una definición que puede resumirse con sencillez diciendo que ESTE ES UN GOBIERNO QUE TIENE PRESOS POLÍTICOS.
Obviamente que no es cuestión exclusiva de este o el anterior o el que viene. El sistema que estos Gobiernos representan en la acción política es la causa de tal hecho, de modo que tanto Néstor como Cristina Kirchner, son no más que carceleros de turno...

Pero no por ser los carceleros calificados con la más alta investidura se los puede dejar a un lado al momento de la denuncia, porque es muy cierto que de ellos dependen, por un lado, la aplicación de las políticas capitalistas que al hacer imposible la vida y la dignidad humanas no d ejan otro camino más que la lucha contra los planes de las clases encumbradas; y por otro, el manejo hasta del apresamiento de los compañeros, porque de ellos dependen las fuerzas de represión que se lanzan contra los luchadores.

Que haya, como hay, presos políticos, es una clara evidencia de la naturaleza del sistema que emboza detrás de la ilusoria democracia la dictadura de clase capitalista y del gusto y predilección que los carceleros de turno tienen por aplicar todo recurso a su alcance, por represivo que sea, al aplastamiento de la organización gremial, política, territorial de la protesta.

De modo que no están de adorno ni Cristina ni lo estuvo su difunto marido.

Porque en todos estos años, se han ido tramando miles de procesamientos a luchadores y esos miles de procesamientos penales están pendientes como una extorsión permanente sobre los compañeros. Que haya miles de procesados por causas políticas -y participar de la lucha es precisamente eso- significa que el objetivo del Gobierno no es resolver excepcionales casos como pretenden hacer aparecer a los de los compañeros HOY PRESOS; sino ampliar el contingente de prisioneros del sistema cada vez que encuentren la oportunidad.

Y tampoco es una cuestión de simple oportunidad. Es una cuestión de imperio de las condiciones.

Porque el gobierno actual  es tan liberal en lo económico como peronista en su manejo de lo social y político. Unas pocas luchas desde las bases obreras-Terrabusi, subte, ferrocarriles- lo muestran en todo su carácter represivo. Especialmente enloquecen cuando las luchas y demandas se dan en los barrios y estas no pueden ser controladas con sus organismos pertinentes. La miseria y la carestía de la vida son tan grandes y han aumentado tanto - con una inflación que ya nadie puede negar como si lo hicieron con la crisis capitalista del 2009- que no alcanzan ni los D´Elia, ni las Madres desertoras, ni cualquier otra contención de las oficialistas organizaciones territoriales. Y aquí se vio como todos apostaron a la represión. El problema de las infrahumanas condiciones de vida en las villas sigue empujando a la lucha y tuvo su eclosión en Diciembre. En Albariño, en el Indoamericano antes, y en otras tomas ahora, se está dando una represión incalculable hasta hace unos años atrás. Ni los milicos realizaron tantos desalojos como están haciendo los K y sus aliados de los municipios y las provincias. A partir de  esta metodología para  tratar los problemas sociales, los problemas de los laburantes mas pobres, se está desplegando toda una serie de ideas destinadas a perseguir a la militancia popular y especialmente de izquierda.

Los supuestos opositores le sirven en bandeja de plata bocados exquisitos que Cristina no desprecia.  Por ejemplo, el proyecto de nueva Ley Antiterrorista que eleva a la condición “terrorismo internacional” los cortes de calles, los piquetes, está agazapado, después de su presentación por la oposición, desde julio de este año, sin que haya ningún gesto de crítica de parte de los democráticos y populares oficialistas. Después de todo, ellos apoyaron disciplinadamente al Imperialismo la actual Ley Antiterrorista.

En realidad, el sistema capitalista es una fábrica de presos, así como es el creador de las cárceles tales como hoy las conocemos y todo indica que seguirá siendo así y que en los próximos tiempos pretenderán ampliar el universo de perseguidos.

Dependerá de nuestra lucha por la libertad de los presos políticos, de profundizarla y caracterizarla sin miramientos, que podamos resistir el embate del turno de guardia kirchnerista.

LIBERTAD A LA GALLE, A MARTINO Y A TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS.