Se llevó a cabo el escrache al que convocamos junto con APDH Rosario y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas y al cual adhirieron otros organismos de Derechos Humanos como CeProDH, la Liga por los Derechos del Hombre y la Coordinadora de Trabajo Carcelario. Hablaron compañeros representantes de los mismos bajo una lluvia que no vino precisamente a favorecer la realización, pero que tampoco la impidió. Es que lo que se está enfrentando es una adversidad mayor y como dice la canción de Violeta Parra, con unidad y decisión, los compañeros pretenden "cobijarse del frío de los Gobiernos", mucho peor que el tiempo en contra.

La presencia de quienes asistieron, de quienes aún a la distancia hicieron llegar su solidaridad, y de nuestros hermanos siempre recordados, empujó esta primera jornada, sólo primera de esta etapa que se abre y que como inicial, es sólo principio de las que le seguirán, compromiso este asumido por todos los presentes. El siguiente es el texto de la intervención de la compañera Alicia Bernal, querellante en la causa por la desaparición de Tito Messiez y designada por nuestro organismo para expresar nuestro punto de vista.

La memoria, la verdad y la justicia, nuestros 30.000 desaparecidos, los 15.000 asesinados, todos los compañeros caídos en definitiva, han sido negociados por un acondicionador de aire y un ascensor. Esta es la realidad. El Partido Socialista ha cometido este verdadero atropello contra todos nosotros.

Es muy fácil comprender el odio que se le puede tener porque bastan apenas mínimas preguntas para tener la dimensión de la burla a la sangre derramada.

¿Por cuántos electrodomésticos se cambia la dignidad de un padre desaparecido?
¿Por cuántos inodoros bien colocados la memoria de un hermano?
¿Por cuántos mingitorios el ejemplo de una hermana?
¿Por cuántos pisos de ascensor la reivindicación de la lucha de tu compañero de militancia?
¿Por cuántas frigorías del aire acondicionado debe permitirse que sigan de joda sobre la identidad de los chicos robados, desaparecidos, regalados a los milicos y sus amigos?

Para Lifschitz y los integrantes de su elenco municipal, para los concejales que aprueban la medida y no alzan su voz de “representantes” para impedir este nuevo crimen, para todos los que consienten pudiendo oponerse, el conjunto de bienes de lujo que dejarían los empresarios es suficiente. Se puede vender memoria, verdad, justicia, amor, lucha, entrega, todo eso y más todavía, por tantas frigorías, tantos metros de ascensor, tantos mingitorios, inodoros y palanganas.
Pretenden ahogar en lujos la más elemental de las conclusiones, la de que no es confortable la lucha y eso, precisamente eso, ha hecho siempre en toda la historia de los pueblos, que quienes han caído luchando, sean los mejores entre nosotros.

No necesita ascensor el ejemplo de nuestros hermanos caídos y no vamos a ir a cagar en vasija de oro mientras recordamos a un compañero cubierto de sangre en El Pozo o en La Calamita.
No.
No necesita aire acondicionado el ejemplo de nuestros héroes populares.
No.
No van a poder ahogar la disposición a la lucha en confort y placeres de arquitectura e instalación.
No.

Y lo decimos hoy y para siempre: sepa el pueblo que esta complicidad con los que bailan sobre la sangre derramada y los que lucran con la fiesta de los que se ríen de nuestros caídos, signa  al “Museo de la Memoria” que dicen querer instalar.
Ya con esto están mandando la Memoria a un Museo. Quién podría creer que el propósito de esta institución de gobierno será, como pretenden engañar, “preservar la memoria”, si en este hecho mismo y en beneficio de los funcionarios y comerciantes amigos se está reivindicando a los genocidas y su   “derecho” a seguir la joda, pisando sobre nuestros desaparecidos y asesinados.
No olvidaremos esta crueldad de los Gobiernos en manos del llamado “Frente Progresista Cívico y Social”. No olvidaremos esta burla a nuestros hermanos. No olvidaremos esta servidumbre a la Dictadura Genocida.

QUE EL ROCANFELLER SE VAYA YA!!!!!

NO OLVIDAMOS – NO PERDONAMOS – NO NOS RECONCILIAMOS