U.A.D.H. Rosario

RESPUESTA A INVITACION DEL FORO EN DEFENSA DE LOS DDHH DEL COLEGIO DE PSICÓLOGOS (Prov. Santa Fe 2ª Circ.) RESPECTO AL PANEL: ¿Atenderia Ud. a un genocida?

Me dirijo a ustedes con el fin de acercarles algunas reflexiones referentes al debate titulado:

“¿Atendería usted a un genocida?”, que parece ser requiere extensión.

En primer lugar me pregunto la razón del agregado: “veinte años después”. ¿Qué efectos produjo el tiempo para que hoy debamos citarlo? ¿Acaso veinte años atrás se preguntaron ustedes lo mismo? ¿Qué determina que un genocida fluctúe su condición de ser? ¿El tiempo? De ser así, hoy no nos encontraríamos entonces frente a un genocida. O ¿qué se espera encontrar?
Esto me llevó a repasar aquel relativismo en el que nos hemos formado académicamente, reproduciendo y sosteniendo de este modo este sistema perverso en el que vivimos; sin relativismos no se podría sostener, ya que la realidad que trasciende los muros académicos se presenta implacable y exenta de relatividades… como la tortura de un genocida.
No necesito preguntarme de qué ética hablamos en el contexto universitario, porque estas relativizaciones demuestran que la palabra “posición política” (no la entrecomillo para relativizarla sino para resaltarla), resulta imposible. Verdad, justicia y castigo se dicen de una sola manera. ¿Qué es lo que se quiere escuchar en un genocida?, mejor dicho, ¿qué es la escucha si no la posibilidad que otorga el lugar del analista para hacer emerger al sujeto de ese yo que padece? ¿No se trata acaso de un aporte a su salud mental que como sujetos políticos y responsables estamos permitiendo? ¿Esa misma posibilidad se le ofrece a los luchadores, víctimas de la tortura sistemática y macabra?
Si este debate existe, entonces también existe la posibilidad de estar de ambos lados. ¿Se debate acaso si la pobreza es inhumana? Nadie debate esa obviedad, simplemente se toma una posición para que la práctica sea coherente con la misma; y posiciones hay de las dos…
Psicoanalistas como Marie Langer, han demostrado a lo largo de su práctica que la famosa “neutralidad” analítica es imposible, que todos participamos de la vida política y fue coherente en su práctica, en sus experiencias de vida; enfrentada a la contradicción más antiética pero inminente, la presión en Viena de tener que elegir entre la APA y la militancia, tuvo que elegir y su práctica fue coherente con sus convicciones.
También podemos citar a Juan Carlos Volnovich y Ulloa, que tanto se citan en la universidad, sólo se citan…

En los años setenta esto no era una discusión, no se dudaba ni por un segundo estar del lado del pueblo. Hoy en día no se debate política con naturalidad en la facultad y esto no es casual.

Mientras hoy hay tanto despido, desocupación, síntomas sociales que requieren urgencias, ya que se desprenden del avasallamiento de este sistema capitalista, en el que el sujeto queda totalmente desamarrado e inseguro (sin vivienda y trabajo digno, sin posibilidad de crecer y elegir lo que quiere para su vida, excluido del sistema de salud y educativo), parece que este onanismo gozoso del debate ocupa un primer lugar, cuando hay tanto por hacer…La posición que uno elija como profesional es ética y si ya estamos trabajando para la salud mental, no entiendo la razón por la cual haya que debatir algo tan básico como la ética a esta altura de las circunstancias.
“Videla es un perverso” (muy debatido en la universidad). No me preocupa su estructuración psíquica, me preocupa hacer justicia por todos aquellos que sufrieron las consecuencias de su accionar ¿la justicia no es salud mental?, plantear lo contrario es más perverso aún.
Entonces, ¿de qué justicia estamos hablando si dudamos un segundo en pararnos del lado de un genocida? ¿Qué es la reparación psíquica para un compañero que vivió la tortura sino hacer justicia? ¿Qué efecto se espera causar “prestándole la oreja” a un traidor del pueblo?
Por eso expreso y practico mi posición, aunque pareciera ser que tanto hay que discutir. No necesito debatir nada para estar segura de que no atendería a un genocida y hacer lo contrario sería traicionar y negociar la lucha de los compañeros.
Dejo más que claro, que, a mi criterio, se está de un lado o se está del otro…
¿Y ustedes? ¿Atenderían a un genocida?

Ps. Natalia Quadrelli

A continuación se reproducce la invitación del Foro en Defensa de los DDHH del Colegio de Psicologos de Sta Fe (2da circ)

-¿que siente al torturar?
-cansa… es verdad que hay relevos, pero se trata de saber en qué momento hay que

obtener los informes y no quieren ceder el pajaro listo al otro que, naturalmente,

recibirá los meritos. entonces, lo dejamos... o no lo dejamos...
Frantz Fanon Los condenados de la tierra (1961)

Inscripcion previa al mail del Foro o en el Colegio de Psicologos el día de la jornada a las 18. hs.

FORO EN DEFENSA DE LOS DDHH DEL COLEGIO DE PSICÓLOGOS Prov. Santa Fe 2ª Circ.(FODEHUPSI)

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