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CUANDO PRESENTAMOS LA RECUSACIÓN A SUTTER SCHNEIDER. PDF Imprimir E-Mail
lunes, 03 de diciembre de 2007

Dijimos todo lo que había que decir con un sentido estratégico y de comunidad y con la pretensión de poner a salvo no sólo los principios, sino la seguridad de todos en última instancia. Porque sabíamos que a corto o mediano plazo el hombre mostraría sus reales intenciones.

 

Y hablamos en plural porque, desde que las compañeras Alicia Bernal, junto a su madre, Susana Osés decidieron presentarse como querellantes en la “Causa Feced” por la desaparición de Tito Messiez, todo lo actuado fue discutido y resuelto en nuestro organismo, del que Susana fue fundadora.

Desde ese primer momento Susana nos advertía sobre la necesidad de tener más principios políticos que sapiencia jurídica para no tolerar ninguna concesión “procesalista” a la basura que se amontona en las dependencias judiciales del Poder capitalista. 

 

Claro que no fue fácil desoír las reconvenciones que se nos hacían. “El Juez está haciendo cosas”, es decir alguna que otra medida intrascendente si tomamos en cuenta que acá nadie fue condenado, mientras hay más prófugos que detenidos; que “podía entorpecer la causa”, que en realidad está entorpecida no por nosotros, sino “de oficio”; que “no vamos a obtener resultados”, lo que en el ámbito estricto del proceso es así: no nos hicieron lugar y pudimos ir hasta donde la soledad y los medios nos permitieron.

En verdad lo que nunca se comprendió es que el Poder es uno sólo, y nosotros fuimos contra esta dependencia judicial del Poder porque no nos entró en la cabeza que se pusiera al hijo de un jerarca del genocidio a cargo de las causas más importantes de la región. Fuimos contra un Poder Judicial nefasto, cuya cara real y concreta es la de un Sutter Schneider Bressan Massera, el que aún hoy, y más allá de toda ley, permanece al frente sin que se tengan en cuenta las expresas limitaciones temporales que corresponden a la subrogancia que le dispensó el Presidente Kirchner y sus auxiliares. En una palabra: por algo lo sostienen allí.

Presentamos la recusación para señalar que por encima del logrerismo procesal, está la debida prevención contra una figura de esta naturaleza y lo hicimos por la sencilla razón de que la herencia de honra y objetividad que nos tocó recibir, no la dilapidamos a cambio de páginas de diarios ni entrevistas mediáticas.

Jamás pisamos el despacho del Juez ni hablamos con él. No lo haremos. Siempre hemos sido prudentes para este lado, no para el de la reconciliación. Suponemos que de hacerlo las primeras palabras que hubiésemos estado obligados a decir serían “¿Cómo es que un hijo de un jefe de la Dictadura Genocida como usted se atreve a ser Juez de una causa contra la organización criminal de su padre?”. No tendría el mínimo sentido acceder a esa situación, en la que por admonitoria que fuera nuestra frase hubiésemos cedido al diálogo, que también, por ríspido que fuera, sería voluntariamente concedido por nosotros.

¡Cuántas veces Razzetti, en su período simulador, cuando lo subían a palcos del 24 de marzo o paneles sobre Derechos Humanos, nos contaba “las cosas que le digo a Sutter…!”. Y ahí está, resultando por su propaganda a favor de la persecución a los compañeros, la palabra elegida por el Fiscal General de Rosario para cerrar su infame escrito persecutorio, la última palabra: “Razzetti”.

No es necesario decir que ningún medio (salvo excepcionales medios alternativos) dio cuenta de la recusación contra Sutter Schneider y que las solidaridades recibidas son superlativamente valiosas por ser tan pocas.

Por supuesto que no por esto dejamos de instar la causa, pese incluso al silencio de muchos que debieran haber concurrido sin estímulo ni citación alguna a brindar testimonio, o que debieran darnos más noticias que muchas veces aparecen vociferadas en actos y escritos de propaganda pero que después se nos niegan. Pese a todo seguimos, instamos, denunciamos.

 

Lo que está haciendo Sutter y su adlátere Palacín es una canallada histórica. No cabe duda y es una demostración estricta y rotunda de lo que ya anticipamos en nuestra recusación: no se puede poner a un hijo de genocida a juzgar el genocidio.

Puede que simplemente obre para garantizar la impunidad pero consecuencia de ello, puede que, como ahora, encabece la contraofensiva de los genocidas en busca de lo que los fascistas denominan hasta en sus páginas web “memoria completa”.

Esta clarificación sobre la entraña de los funcionarios que se opera por medios tan brutales como iniciar la persecución de compañeros militantes populares, no deja de ser lectiva para todos. Para los que lo anticipamos cunado recusamos a Suter Schneider y obramos en consecuencia, y para los que no compartieron el punto de vista y la acción que llevamos adelante entonces.

Es hora de ponernos de cara al enorme problema que se presenta.

Hemos sido los primeros en salir contra esta iniciativa represiva –una más sí, pero de enormes implicancias- apenas 24 horas después de firmada.

Eso no nos dispensa de nada, al contrario, nos obliga más aún.

Juramos que continuaremos en la lucha y pedimos a todos los compañeros comprometidos en la defensa de los luchadores populares que están actuando hoy y de nuestros caídos que nos precedieron, que no se detengan un minuto.

Para que más allá del formulismo que muchas veces se practica en los escritos judiciales, se convierta de una vez por todas en consigna que no requiera de la venia de estos malditos, y tomemos en nuestras manos, las del pueblo, el

 

SERÁ JUSTICIA

 

 

Unidad Antirrepresiva por los Derechos Humanos – UADH Rosario -

Alicia Bernal, querellante por la desaparición de Tito Messiez en la causa 47.913 “Agustín Feced y otros”  

 
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portada susana