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LA MASACRE DE MENDOZA, AYER, 5 DE MAYO. La policía mendocina acaba de asesinar a un pibe que sacaba carbón de un tren para que su casa tenga un poco de calor en medio de este invierno que viene de hambre y frío. Tenía 14 años. Otro pibe que estaba junto a todos sus vecinos en la misma actividad, también fue baleado por la espalda (la herida es en un glúteo). Tiene 13 años. Otro más fue baleado en la manito, ha perdido dos dedos y fue operado. Tiene 1 año y 8 meses. Estaban buscando carbón, ahí en Luján de Cuyo, Provincia de Mendoza. Carbón, que como dice en la canción Violeta Parra, sirve “para calentarse del frío de los Gobiernos”.
Los han masacrado desde los patrulleros como practicando tiro al pichón. Y esto es así: están tirando y los pichones son nuestros pichones.
Los relatos del hecho están en los diarios, PERO LAS TAPAS DE LOS NACIONALES SIN EXCEPCIÓN, SON PARA EL CORSÓDROMO DE GUALEGUAYCHÚ Y EL ACTO REELECTORAL DE KIRCHNER. De hecho que tampoco llamó la atención de la prensa que unas horas antes, en Berazategui, la bonaerense gaseó a un niño de 7 meses con sustancias paralizantes en la represión a una manifestación que pretende frenar una obra de electricidad que pone en riesgo la salud de un barrio por llevarle enormes cantidades de energía a un centro residencial para ricos. El chiquito está hinchado por el efecto de las armas químicas de la cana. Por supuesto que ahora vendrán sesudos análisis de plumas ligeras de conciencia en tono sensiblero o académico sobre qué y porqué pasó y quizás reclamando el “Estado de derecho”, que no es otra cosa que este Estado capitalista al cual ya en el Encuentro de Derechos Humanos de Paraná, el 26 y 27 de octubre de 2002, más de 40 organizaciones de todo el país caracterizaron como terrorista. En esta comunicación apresurada que nos nace del alma, porque aún no empezó el invierno y vemos que ya han empezado las muertes por frío y miseria, reivindicamos la acción directa de todos aquellos que para evitarlo van por lo que les corresponde aunque se lo nieguen, y odiamos a los parásitos que integran el brazo armado de los poderosos que cometen estos crímenes de leso pueblo. Y no seríamos un “organismo de Derechos Humanos” si no nos apresuráramos precisamente a decir que: Aquel que sufre y peligra por frío y miseria, tiene todo el derecho del mundo a salvar su existencia puesta en peligro por los famosos “planes” económicos y sociales de los poderosos, obteniendo lo necesario de los que acumulan bienes negándonos la vida, cuando y como sea posible. Ante los parásitos de uniforme que masacran al pueblo como siempre lo han hecho, recordar que la violencia de los de abajo no es violencia, sino Justicia, con mayúscula. Enfrentar a la peor gavilla de asesinos que está asolando el país, la más grande, la uniformada, no sólo es un derecho, es un deber, porque como lo vemos, están tirando a nuestros pichones. |
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