Como organismo hemos hecho todo lo que estaba a nuestro alcance para  que el crimen de Carlos Fuentealba quede en la conciencia del pueblo como un crimen más del sistema. Aquella triste noche en que murió nos puso,  junto a los que respondieron a nuestro llamado, donde había que estar: en la calle. Al día siguiente escrachamos el local de Sobisch en Rosario. Y porque eso no bastaba ni bastará hasta que tengan castigo, seguimos haciendo pedazos lo que por entonces era  su propaganda electoral, tapándolas con la denuncia y el reclamo de ese castigo.
 

Pero por supuesto que nada de lo que pudiéramos haber hecho tiene la importancia del paro decidido para hoy  por miles de maestros en el país y particularmente el de los maestros rosarinos.
Nada más importante que esta acción.
Un trabajador caído en la lucha se alza en toda su significación en el paro de sus compañeros.
Desde allí cuestiona al sistema injusto que lo fusiló, a la policía que apretó el gatillo, a la “justicia” que no condena siquiera al autor material y que para no rozar los intereses de los partidos gobernantes, evita a los ideólogos de la muerte como si Sobisch no se hubiese hecho responsable por la orden tan públicamente como puede hacerse por televisión.
Desde su vida y su muerte Fuentealba cuestiona al Gobierno Nacional de los Kirchner, asociados en el plan de destrucción de la Educación Pública con Sobisch. Es este “Gobierno de los Derechos Humanos” que nada dijo, porque en la Provincia o feudo de Santa Cruz que manejan desde hace años, su propio Ministro Varizat, pisaba a los maestros con su 4x4 acompañando incluso, a este nivel, a la represión policial.
Sus compañeros lo han puesto allí. Los enemigos de su clase, todos los que son Gobierno cuando  un maestro pasa necesidades deberán mirar con recelo su figura, que a un año ya, sigue subiendo en cada lucha.
Siquiera un poco más hubiésemos querido decir sobre este Maestro. Nada que pueda superar lo tanto y bueno que han dicho los propios docentes honestos que hasta deben luchar para poder luchar.

Pero circunstancias actuales, urgentes y graves nos obligan a tomar otro cauce, porque ayer la burocracia sindical que atenaza al magisterio ha entrado en una furiosa histeria maccartista contra los maestros rosarinos.
Queremos señalar entonces que más allá de las mil trampas que hacen para socavar las justas luchas de los trabajadores, los burócratas sindicales siempre están asociados a las más perversas violaciones de los Derechos Humanos.
Esa es la experiencia que registran los organismos que no se venden y no olvidan, y que sí olvidan los que renegando de todo suben a los palcos oficiales codo a codo con los burócratas de la peor calaña.
Y para una muestra allí están los de la UOM y sus patotas policial-burocráticas en Villa Constitución, o todo lo que se sabe a partir del juicio recién abierto contra la burocracia de SMATA por las desapariciones y muertes en Mercedes Benz. Allí están los que integraron incluso Grupos de Tareas, como el culata Imbelloni. O los que pasaban las listas de los opositores para que los milicos los hicieran desaparecer. Pero para que ir más lejos: el capo de la CGT, Hugo Moyano, está denunciado con absoluta precisión por los crímenes de la Triple A y por haber propiciado la desaparición de abogados en lo que se conoce como “La Noche de las Corbatas” en Mar del Plata. Agotaríamos muchísimo espacio si pretendiéramos siquiera señalar una mínima lista de burócratas sindicales asociados a la represión.
El caso es que cuando se inicia este camino de la degeneración, no hay nada que los detenga. Por eso es necesario señalar con la tinta más fuerte la actitud de CTERA y la Comisión Provincial de AMSAFE, que constituye un verdadero preámbulo de una marcha sin retorno.
Minimizar la sensibilidad ante un crimen de otro trabajador, atacar a los que con justicia luchan y toman medidas imprescindibles, exhibir su indiferencia frente al asesinato en un ejercicio hipócrita de actitos burdos mientras se dice de los trabajadores que paran lo mismo que dijeron Yasky y otros cómplices, de la lucha de Carlos. Dejar solos a los que con absoluta razón más pelean, es un aviso.
Y este aviso no puede ser desatendido. No se trata acá de diferentes puntos de vista sobre las cuestiones económicas, las reivindicaciones profesionales, los métodos de lucha; nada de eso. Se trata del desprecio por la vida de un compañero de trabajo y de todos aquellos que sienten que tienen que extremar los medios porque no hay justicia por su asesinato. El desprecio a los que son consecuentes luchadores contra la impunidad y no olvidan ni perdonan.
No podemos menos que ponernos de parte de estos luchadores y hacer nuestra contribución decidida para que haya castigo.
Va en ello nuestro homenaje a Carlos.

COMPAÑERO CARLOS FUENTEALBA, PRESENTE.