(PRIMERA ENTREGA) El despliegue tropas contra el pueblo, ya comenzó. Significa ni más ni menos que la reposición de los métodos de la Dictadura Genocida, porque los mismos son inescindibles de la naturaleza de las Fuerzas Armadas Genocidas, evidenciada no sólo por pruebas en cientos de juicios de lesa humanidad, sino también por lo que ocultan, silencian, tergiversan, los milicos. La institución es la mismai que en este mismo momento, y por poner sólo un ejemplo entre miles de conductas deleznables que tienen, ocultan el destino real de cientos de hijos de nuestros compañeros. Así como robaron bebés, ahora continúan sosteniendo la apropiación. Es decir, que siguen en la misma. Esto son Fuerzas Armadas Genocidas, y no existe un solo motivo para sostener que han cambiado en algo. Lo diga quien lo diga. Ya debimos soportar a los supuestos Nac&Pop del kirchnerismo sosteniendo a Milani, nombrado Genocida en Jefe con el mayor descaro. Pero allí está Milani finalmente, detenido por la desaparición del soldado Ledo y varios casos más concretados en imputaciones y otros en ciernes. Resulta que ahora debemos soportar a los que dicen que “ya no quedan genocidas en la fuerza” porque el mero transcurso del tiempo hace que “ ni la oficialidad de aquellos años oscuros están en ella”. Nosotros podemos equivocarnos en muchos sentidos, pero -discúlpese nuestra tosquedad necesaria- no somos pelotudos ni de pelotudizar a nadie y por eso decimos lo siguiente: es al revés la cosa; a las Fuerzas Armadas Genocidas se ingresa para ser genocida, es la fábrica de genocidas; no importa cuántos genocidas están viejos, murieron, se retiraron o en demasiado pocos casos, están presos. Es la institución, brazo armado de un Estado burgués erigido para garantizar la explotación, el saqueo, el latrocinio. Siendo ese su objetivo básico, manera de cumplirlo no puede ser otro que imponer a sangre y fuego, a palo, tortura, desaparición y muerte su finalidad. |