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EL LINCHAMIENTO. PARTE DE LA POLÍTICA REPRESIVA SANTAFESINA PDF Imprimir E-Mail
sábado, 01 de diciembre de 2007

No es la primera vez que ocurre, y es propiamente un linchamiento hasta en los detalles que pueden parecer incluso estereotipados.

Propietarios rurales, zona rural, policía que actúa directamente como ejecutor, colaboración mutua en la comisión del asesinato. Lo único que les faltó fue el árbol. Pero no lo necesitaban. Ahorcaron a un pibe con sus pies en la tierra.

Esta es la realidad que confirma que la policía de la provincia de Santa Fe es la segunda a nivel nacional en casos de abuso y gatillo fácil. Pero se ha ido más allá, catalogarlo de gatillo fácil sería incluso tímido porque obraron con el método más sanguinario, aquel que inventaron y adoptaron los capitalistas. Y de esto se trata, parecerse en un todo a lo que pretenden sentar como ejemplo: ahorcamos como corresponde, conforme las mejores reglas de la pena de muerte.

Obviamente que les faltaba la ley, la sentencia, el debido proceso, pero para los amantes de la horca éstos son meros detalles. La Ley de Lynch se está extendiendo en la Provincia de Santa Fe. El pasado 4 de noviembre, Marcelo Daniel Córdoba, un chico de 21 años, fue brutalmente asesinado en la zona rural de Zenón Pereyra, en el departamento de Castellanos. Fuentes de la policía alegaron en un primer momento que se había tratado de un caso de muerte súbita. La autopsia reveló, sin embargo, lo insostenible y burdo de tal coartada. Al chico lo golpearon y lo ahorcaron: lo asesinaron con la peor de las sañas. La responsabilidad directa de esta barbarie recae sobre tres policías, un miembro de los Pumas del destacamento de Frontera y dos oficiales de la comisaría del lugar, pero existe un Estado, un Poder Judicial y una sociedad que avalan estos hechos de manera explícita y son, por tanto, responsables también. Los Jueces de la Provincia avalan estos métodos de múltiples y escandalosas maneras. La justicia premia y absuelve al asesino y se encarniza sanguinariamente con las víctimas.

Pero este no es el primer asomo que la Ley de Lynch hace en la provincia, existe un caso cercano con cierta similitud que ocurrió en Arequito. En la mencionada localidad, un grupo de “honorables ciudadanos” utilizó parte del tiempo que habitualmente le dedica al ocio (ocio que sólo pueden poseer por explotadores) a confeccionar una lista de “indeseables” con el fin de expulsarlos del lugar o ,en su defecto, lincharlos. Obsérvese que no se trata sólo de linchamiento sino además de un profundo y nefasto deseo de depurar a la sociedad, y de esto la historia Argentina y la mundial se plaga de antecedentes.
No es casual que participara un "ranger" de la Guardia Rural La Dirección General de Seguridad Rural, conocidos como Los Pumas, tienen en su haber una lista grosera de antecedentes. Ya en 1975, participaron en múltiples ocasiones en la represión contra los obreros de Villa Constitución y, además, fueron custodios del primer campo de concentración privado, el de las casas de Acindar, aquel que funcionara dentro del predio de la fábrica en esa misma ciudad. Por supuesto que su carrera no queda ahí, prosiguió en ascenso durante la Dictadura Militar y, posteriormente, este grupo apareció en cuanto conflicto hubo, por citar sólo un ejemplo: Diciembre de 2001 en Rosario.

Esta escoria de la sociedad, en general lúmpenes de los lugares más atrasados de la Provincia, constituye un verdadero grupo de choque antidisturbios, pero en tanto no los haya, son criminales que constantemente buscan la brecha, la excusa para masacrar, puesto que es a eso a lo que se dedican y por lo que se les paga.

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